Avenida de Abrantes

- Hoy he visto un reportaje guapísimo en la tele; era sobre una cámara aislada que hay por aquí cerca, de esas en las que no se oye ningún ruido. - ¿Sí? ¿De qué iba? - Dicen que sirven para hacer experimentos...meten bichos y voluntarios, a ver cómo reaccionan. -¿Cómo reaccionan a qué? - Pues eso...al silencio. -¿Al silencio? - Sí, tío, verás; una cosa es que tú en tu casa, por la noche, o en un chalet, lo que se te pase por la cabeza, no se oiga nada, y otra muy distintaes ese silencio...tío, metieron la cámara en la habitación, y el locutor decía que comparado con lo que él había oído estando solo, el ruido del chisme grabando era para quedarse sordo. ¡El ruido de la cámara, tío! - ¡Qué fuerte...!Bueno, y eso de las pruebas...¿qué le pasa a la gente que entra? - Bueno, si estás un momento no pasa nada. Pero, por lo visto, cuando llevas un rato si estás solo comienzas a oírte por dentro. Ya sabes, el corazón, una especie de zumbido que sólo notas cuando te duele la cabeza, las articulaciones, el estómago...luego, tu propia respiración te agobia. Al final, dicen que coges una depresión de aupa si estás más de media hora... - ...¿sólo por escucharte? - Sí, tío,¡qué pasada! Ese silencio... -...vaya...Oye, tío, una cosa... - Sí, dime. - Entonces cuando estás en un garito con la música a toda leche, y sin embargo te oyes por dentro y...te deprimes, eso debe ser grave...¿verdad?
Vicente Luis Mora,Circular,Córdoba, Plurabelle, 2003.